Se denomina gestión integral de residuos grasos al conjunto de acciones y estrategias como remediaciones ambientales para minimizar la cantidad de residuos generados por actividades que involucran el uso de aceites y grasas de origen animal o vegetal. Entre ellos, se encuentran por ejemplo la industria alimenticia, la gastronomía y el hogar.
Se consideran potencialmente peligrosos por la contaminación que ocasionan; por lo tanto, requieren un tratamiento adecuado que evite problemas sanitarios, ambientales y económicos. Entre estos tratamientos se encuentra la limpieza de cámaras de grasa.
A su vez, para realizarla generalmente se emplean estrategias y tecnologías como:
La separación en origen: esto consiste en evitar que los residuos grasos se mezclen con el agua residual. Para ello, se los deposita en recipientes adecuados para su posterior recolección y transporte.
Recolección diferenciada: este procedimiento implica la recolección selectiva de los residuos grasos por parte de empresas autorizadas encargadas de su traslado a plantas de tratamiento o valorización.
Tratamiento biológico: a través de este sistema se utilizan microorganismos para degradar los residuos grasos y transformarlos en biogás, fertilizante o compost.
Tratamiento físico- químico: en él se emplean procesos como la centrifugación, filtración, coagulación o saponificación para separar residuos grasos del agua y conseguir subproductos como por ejemplo el biodiesel, el jabón o la glicerina.
Valorización energética: mediante este proceso se aprovecha el poder calorífico de los residuos grasos con el objetivo de generar electricidad o calor mediante la combustión o gasificación.
Valorización material: emplea los residuos grasos como materia prima para elaborar productos como plásticos, cosméticos, pintura o lubricantes.
Las mencionadas son algunas de las opciones que existen para realizar una gestión de los residuos grasos de manera integral y sostenible. A través de estas metodologías se contribuye a la protección del medio ambiente y a la economía circular que reutiliza materia, disminuyendo la extracción de recursos para la producción.
En general, las empresas de desagotes brindan un servicio especial en este sentido. Realizan la limpieza de las cámaras de grasa o trampas de grasa en zonas de cocina de restaurantes y fábricas de alimentos especialmente. De esta manera, colaboran para la desobstrucción de la cámara y de las cañerías que suelen acumular aceites y grasas, producto de los lavados y la manipulación de productos y alimentos que los contienen.
Se evita de esta forma que las cañerías se obstruyan, se rompan y provoquen inundaciones en los establecimientos comerciales. Para realizar estas tareas cuentan por personal profesional especializado. Además, poseen equipamiento moderno para realizar el desagote y la higiene profunda de las cámaras.
Entre esa tecnología se encuentra maquinaria de alto vacío y camiones cisterna de última generación, encargados del proceso de optimización y absorción. Por otro lado, también necesitan una planta de tratamiento y disposición final de los desechos extraídos para cuidar la salud de la población y el medio ambiente.
Actualmente el uso de trampas o cámaras de grasa es obligatorio en dichos establecimientos.